La tarea
docente demanda en sí misma un compromiso con el otro y con el conocimiento que
nos vincula. Cada propuesta de trabajo encierra ideas, propósitos y modos de
pensar un recorrido juntos. Jorge Steiman (2007) ayuda a pensar los proyectos
de cátedra como propuestas en las cuales uno comunica públicamente sus
definiciones pedagógicas, metodológicas y epistemológicas; comunicación que nos
demanda proyectar más allá de la inmediatez y evita la improvisación.
El desafío es
doble cuando la propuesta, en tanto documento de trabajo, está atravesada por
distintos espacios de concreción. Por un lado, porque sacude la idea de que el
encuentro con los estudiantes debe ser meramente presencial. Por otro lado,
porque el conocimiento en red se construye de manera colectiva y pone en
tensión la mirada de un docente poseedor de todos los conocimientos.
Es por ello
que, desde la práctica cotidiana, la propuesta es acercarse paulatinamente a
otros formatos, que incluyan pero que superen los textos y las fotocopias.
También implica plantear otros canales de comunicación y diálogo que permitan
encontrarnos en distintos tiempos y espacios. La flexibilidad entra a la
propuesta pedagógica y moviliza el lugar de cada participante, el lugar y
sentido otorgado al conocimiento y la posibilidad de pensar y formarnos
juntos.
Es indispensable
entonces en pensar justamente el lugar del conocimiento y el lugar de los
sujetos en los espacios digitales que se cuelan en las propuestas de enseñanza
y demandan ser problematizados desde otros paradigmas del enseñar y el aprender,
y desde otras concepciones de espacio áulico.
Para romper
con las ideas tradicionales arraigadas las categorías de lo multitemporal y
espacial, contribuyen a pensar que la presencial no es sinónimo de que la
relación pedagógica se asegure en términos de aprendizajes significativos.
Asimismo proponer aprendizajes en redes demanda reflexionar sobre las formas en que los
estudiantes acceden, producen y gestionan sus propios recorridos. “(…) El tiempo actual –su cultura digital– es un fluido de producción de información y conocimiento inestable, en permanente cambio, en constante transformación (…)” (Area y Pessoa, 2012, pág. 14)
Las
propuestas de enseñanza no siempre incluye el reconocimiento de las tecnologías
que atraviesan la vida cotidiana de docentes y estudiantes. La apropiación consciente
del conocimiento es algo que hay que trabajar con el estudiante, para potenciar
todos los recorridos que realizan de manera autónoma; implica ser crítico frente
a la información que se brinda de manera indefinida en la web y posicionarse como
sujeto reflexivo de la cultura digital.
Bibliografía
STEIMAN, Jorge (2007). Más Didáctica
-en la educación superior-. Cap.
1: Los proyectos de cátedra. Miño y Dávila-UNSAM.
AREA, Manuel
y PESSOA, Teresa (2012). De lo sólido a lo líquido: las nuevas alfabetizaciones
ante los cambios culturales de la Web 2.0. Comunicar, nº 38, v. XIX, 2012,
Revista Científica de Educomunicación; ISSN: 1134-3478; páginas 13-20.